Saber cuánto cobrar, controlar tiempos de operación, vender tu tiempo creativo, vincularte con proveedores, firmar contratos, manejar equipos de trabajo, cumplir fechas de entrega, diseñar e implementar procesos creativos, contratar personal adecuado, presupuestos, costos, impuestos, gastos fijos y más…
Todas las anteriores parecen actividades ajenas al creativo, sin embargo son retos que día a día enfrentas si decides ser freelance o formar un despacho de Diseño, la tarea de gestionar el esfuerzo resulta una constante en nuestra labor y hacerlo de forma correcta es tan importante que define el futuro económico de tu emprendimiento.
En una encuesta desarrollada por la plataforma Planeta Gráfico, se preguntó a 100 expositores que ya contaban con una imagen de su negocio ¿qué habilidad les gustaría que desarrollara el diseñador con el que trabajan? la respuesta fue contundente, más allá del dominio de un software o plataforma, el nuevo mercado está esperando mayor formalidad del profesional creativo.